SENDERISMO COMO FACTOR DE SOCIALIZACIÓN

La práctica del senderismo o del excursionismo lleva implícitos una serie de retos y satisfacciones personales. Entre muchas de sus ventajas sobresalen el hecho de que desarrolla una sana convivencia entre familiares y amigos de cualquier edad, por lo que se incrementa el espíritu de apoyo y compañerismo entre sus aficionados.

Salir a caminar con amigos y familiares estrecha los lazos entre ellos, se comparten buenos momentos, situaciones divertidas y a veces hasta los bocadillos.
La pertenencia a clubes o asociaciones senderistas permite obtener nuevos conocidos y colaboradores en materias de interés común, lo cual propicia el establecimiento de lazos sociales y afectivos entre las personas que intervienen.
La práctica del senderismo en familia propicia el trabajo en grupo, crea mayores lazos de unión entre los miembros de la familia. Permite la educación de los hijos en valores medioambientales, deportivos y de ocio saludable al tiempo que se divierten y disfrutan. Permite estrechar lazos con los padres y hermanos que encuentran momentos para compartir.
Dado que el senderismo no es solo caminar, sino descubrir, disfrutar, permite momentos de relax, en los que se pueden compartir emociones.
El momento del almuerzo, la comida tras la caminata, se convierte en un momento de diversión para recordar las situaciones vividas y los parajes visitados.