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Las coordenadas para acceder son las siguientes 38.810771,-0.888299 pero sigo corriendo el riesgo de equivocarme (aunque sea por un centenar de metros)
Una vez dejamos el vehículos nos dirigimos hacia la ruta del día, pero ver el túnel del tren nos ha hecho cambiar un poco la ruta y es que no lo podemos evitar, en el fondo, somos como niños. Nos decidimos a cruzarlo aprovechando que no hay vías y aunque está un poco oscuro siempre se puede “ver el final del túnel” con lo cual no tiene pérdida.
A la salida del túnel, a la izquierda podemos salir y coger una pequeña senda que nos conducirá a la parte superior del túnel, desde donde iniciamos la senda del día.
Antes que nada, decir que os podéis descargar un folleto con las sendas de la Font de la Figuera desde el enlace:
SENDAS FONT LA FIGUERA
Una vez salimos del túnel, se toma la dirección del camino de tierra que conduce hacia Font la Figuera pero por la montaña y al cabo de unos 500 a 800 metros nos encontraremos con un poste (aunque cuando hemos ido no tenia indicador, solo poste) que es el inicio de la ruta. Primero ascendemos por un camino de tierra que poco a poco desaparece para dejar paso a una senda que atraviesa la montaña. Nos encantó el trozo de ruta que realizamos ya que por motivos de tiempo no finalizamos la ruta. Transcurre como he dicho por la montaña con una pendiente suave pero continua, de las que no asfixia, entre pinos y matorrales.
Recuerdo que cuando realizábamos la ascensión nos adelantó un chico que hacía footing cargado de mochila (parecía de agua) y que siguió la ruta completa, y lo volvimos a ver cuando nos íbamos a repostar energías en la balseta.
Llegamos a un punto en que se bifurca el camino, o seguíamos la ruta completa (que parece ser bastante más larga del tiempo que se indica en el folleto) o abreviábamos para ir a ver la cueva triangular (evidentemente nos pudo la prudencia). La decisión estaba tomada “bocata” y caminito hacia la balseta para que los niños se entretengan un rato en el parque.
Cuando llegamos al punto de partida, donde los niños jugaron, vimos pescar a un chico en la balseta. era chocante ver como alguien pesca en una balsa tan pequeña, pero este joven, nos explicó que es un lugar donde los pescadores dejan peces para que esté más interesante el lugar.
La balseta era un paisaje tranquilo que invitaba a descansar. En esos momentos de descanso y a punto para una comida de picnic, decidimos que más adelante, cuando físicamente estemos un poco más rodados, volveremos a completar la ruta, que por cierto, nos ha parecido fantástica.
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