SENDERISMO EN LAS CAVAS DE AGRES

Desde la salida del monasterio cogeremos la ruta PR-CV-27 hasta el refugio del CEA llamado Montcabrer. Esta parte es un sendero muy bien señalizado y bastante duro con subidas constantes y pronunciadas.




Pero a pesar de eso es muy bonito y con vistas espectaculares. La primera visita es a la cava del teix de la cual nada más se ve el teix (tejo)
que crece en el centro rodeado de una frondosa maleza y una valla perimetral de troncos, pero ninguna obra de mampostería veremos. Esta cava es difícil de encontrar pues está confundida entre la maleza y el acceso únicamente lo adivinaremos por un mojón de acero inoxidable que hay en el sendero pero que no lleva ninguna inscripción.
Enseguida llegamos al refugio y allí a la derecha a unos metros vemos la cava de l’habitació y desde allí tenemos una buena vista del pico del teix con su estación de telecomunicaciones en la cima.
Aquí abandonamos el PR-CV-27 y desde este punto y hasta la caveta del buitre seguiremos un camino pasando por la cava arquejada o cava gran de cuya cúpula de forma hexagonal solo quedan los seis arcos de piedra apuntados y rematados en una piña central, es el más emblemático de los llamados “pous de neu” de las montañas valencianas y símbolo de la Serra de Mariola, verdadero monumento de la arquitectura rural y que en la actualidad y a tenor de la inmensa red que cubre su contorno y las vallas metálicas allí almacenadas parece que está inmerso en unas labores de rehabilitación bastante necesarias.
Si durante todo el trayecto cruzamos con gran cantidad de senderistas (hubo momentos en que aquello parecía una romería), es aquí, en la cava arquejada, donde había más cantidad, tal vez hubiese 50 o 60 personas en aquel momento en aquel lugar. Siguiendo el camino tendremos ocasión de ver majestuoso el pico del montcabrer con su peculiar forma de “rampa de lanzamiento”. Llegados a las inmediaciones de la caveta del buitre podremos no encontrarla pues está retirada unos metros del camino y un poco escondida.
Y desde aquí…

Y hasta la cava de Don Miguel transitaremos por un lapiaz, siguiendo toda la cresta un sendero que, pese a no estar señalizado “reglamentariamente”, está muy bien indicado con multitud de fitas (montoncitos de más o menos piedras sin más) y no tiene pérdida, pues desde una siempre veréis la siguiente.
Y desde aquí quiero agradecer la labor de los constructores de estas indicaciones, pues si las marcas de pintura hay que repintar cada mucho tiempo, estas fitas hay que amontonarlas constantemente, pues se caen muy a menudo por acción del viento o de los mismos senderistas. Lo dicho, muchas gracias por ayudar a no perdernos. En esta parte tenemos visión de las dos montañas cercanas más elevadas, el citado Montcabrer y el Benicadell.

Cuando nos estamos acercando a la cava de Don Miguel nos parece más una fortaleza medieval que una cava. Y es que está encajonada en la montaña y se ve inmensa debido al grosor de sus muros y contrafuertes, pareciendo exteriormente mayor que la cava arquejada a pesar de tener una capacidad algo menor.

Desde aquí, y con Bocairent al fondo, es posible apreciar el inmenso desastre natural del incendio de este verano (2010) con una superficie calcinada que se pierde en el horizonte. En este punto cogeremos el sendero PR-CV-104 que nos llevará, primero por una senda y después por una pista forestal hasta el refugio Zamorano (punto 1) enclavado en la zona de acampada Mont Blanc, muy bien cuidada y con unas construcciones modernas, acogedoras y bonitas. Y ahora viene la parte más desagradable, el sendero PR-CV-104 continua hasta el monasterio señalizado por una carretera asfaltada por la que circulan vehículos y no tiene ni arcén por lo que se hace peligrosa la marcha. Es bastante lamentable que se señalicen senderos por carreteras sin un mínimo de seguridad. Pero a pesar de este pequeño tramo final todo ha sido precioso y espectacular, aunando naturaleza y civilización.
Artículo redactado por JUAN IGNACIO.