EL CAMINO MÁS FÁCIL

El senderismo no es un deporte de competición. No vamos a ver quién hace más kilómetros en menos tiempo, ni a intentar dejar atrás a los demás miembros del grupo. Se trata de saber disfrutar del conjunto, del trabajo en equipo, de un día de sol, de unos paisajes bonitos y si es posible de la familia y los amigos.


Es muy importante tratar de asumir la menor cantidad de riesgos posibles, si uno ve que el camino tiene dificultades que entrañen peligro para su salud, lo mejor es volver atrás y no asumir riesgos. Si la situación se complica demasiado, y no podemos solucionarla, deberíamos intentar recurrir al móvil.
Aunque no es obligatorio, sería conveniente informar a alguien que no va a ir a la sesión de senderismo de cuál es la ruta o itinerario que nos hemos planteado. Eso nos permitirá saber que si no volvemos podrán saber por dónde buscarnos. Estos consejos se convierten en una regla de oro para aquellos que salgan de senderismo solos.
También es muy importante saber mantener la calma ante situaciones inesperadas o de dificultad. Hay que pensar bien las cosas antes de actuar, no tomar las decisiones precipitadamente, sino de una forma meditada.
Cuando nos encontremos un río hay que valorar si vale la pena cruzarlo o buscar otra alternativa. Aunque la corriente no entraña peligro y la profundidad no sea elevada, hay que sopesar los inconvenientes que nos puede ocasionar el llevar los pies mojados (sobre todo si vamos con niños).
Las subidas hay que tomarlas con calma, con pasos cortos y caminando en zig-zag si la pendiente es excesivamente pronunciada. La línea recta no es siempre la mejor. Con los descensos también hay que tener cuidado, afianzar bien los pies y asegurar los puntos de apoyo.
Es conveniente evitar las zonas de zarzas, arbustos y matorrales espesos, ya que salir de ellos puede resultar agotador e implicar que terminemos llenos de arañazos. Además en esas zonas es más fácil perder la orientación.
En el caso de estar desorientados, no nos olvidemos de los puntos cardinales: el sol sale por el Este, y se pone por el Oeste, y en el hemisferio norte, lo encontramos siempre haciendo su recorrido por el Sur. Al mediodía (hora solar) nos señala precisamente esa dirección.
Los musgos en árboles los encontraremos hacia el norte (evitan el sol del mediodía) esto puede servir para orientarnos.
Si cae la niebla (una de las mayores dificultades que presenta la montaña), hay que descender hasta encontrar un río y seguirlo, con seguridad que nos llevará a una población.
Si nos sorprende una tormenta eléctrica, evitemos los lugares altos y los árboles aislados, es preferible desprenderse de los objetos de metal, buscar un descampado y agacharse, para alejarse de los árboles. Sería conveniente en una situación así apagar el móvil, parece ser que atrae a los rayos
Si cae la noche lo mejor es buscar un refugio entre los árboles y esperar hasta que amanezca. La oscuridad no es buena compañera de viaje.